La conflictividad interna que nos ocurre cuando queremos justificar nuestro deseo con lo que tenemos internamente impreso (que queremos que esté ahí, no obligados por cosas externas), es sumamente difícil y nos trae a tener que tomar rumbos de vida alternos a veces por caprichos. Falta de sinceridad con nosotros mismos, luchas por traumas del pasado o simplemente debilidad en poder tomar la decisión difícil que requerirá dejar ir una parte de nuestras vidas; inmadura por colocar un calificativo que se entienda y trascender hacia una adultez que siempre pensamos llegaría en otro momento lejano no en este preciso momento que llegó de sorpresa.